Ábrete cuerpo y hazte piedra que choque contra la flor. Nunca piedra contra piedra. Siempre soltará chispa y aquí dentro necesitamos dejar de navegar. La costa que nos ampara es, también, ésa que nos arroja, una vez más, mar adentro. Cuando busques sombra no saques los trapitos a la hora del sol del mediodía. Cuando busques paz, duerme profundamente debajo de la uva de playa más cercana. Di el nombre más rotundo que tengas en tu boca. Deja que crezca el sabor amargo de la palabra adiós y recoge el equipaje.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Alborada

Fragmentos de Antonia Palacios