Ese instante de abrir el blog y leer la última entrada y sentir el deseo enorme de borrarla. Y entonces las manos, presurosas, editan el archivo y desaparecen cualquier evidencia de aquello que es basura. Detestable, en otras palabras. ¿Qué sucede en ese momento donde todo lo que se escribe se siente una simple porquería?

Comentarios

-> ha dicho que…
aaay qué momento... estoy totalmente de acuerdo con pedro, aunque soy de borrar, y explotar blogs y todo eso. creo que uno de los mayores desafíos es el de no ceder a la enorme tentación del supr.

pd. hay poemas increíbles en este blog... me acuerdo casi de memoria el de "adviene una voz que más que consolar /devela que esconder es un signo de abandono /también escribir"

tenete paciencia, vero! abrazo
Verónica Cento ha dicho que…
Gracias Pedro por el link, voy para allá.

Querida Ro, la paciencia en esto es casi una utopía, al menos para mí. Aunque hay días que la tengo bien alta, menos mal que va y viene, un vaivén de paciencia e impaciencia.

Gracias por estar ahí, siempre leyendo bajito, besotes enormes.
labertolutxi ha dicho que…
Muchas veces escribo un entrada solo para apartar a la anterior y que quede no visible.
Daniel ha dicho que…
Hasta siento vergüenza cuando alguien comenta algo que dejó de gustarme.

Muchas coincidencias he encontrado en este texto muy acertado.

Saludos.
Verónica Cento ha dicho que…
Nos entendemos entonces, Claudia. Gracias por la lectura

Sí, un sentimiento de rechazo algo raro. no?

Gracias por compartir, a los dos

Saludos

Entradas populares de este blog

Alborada

Fragmentos de Antonia Palacios