Enfermedad

Este cuerpo pide cama desde hace varios días. Una gran gripe se ha alojado dentro y no me permite hacer nada más que dormir. Duermo entonces mucho y de corrido. Tomo el libro de Clarice e intento una lectura rápida pero que me llene de sensaciones; que intente renovar este estado en el que estoy presa. Esta gripe se ha convertido en algo físico, no solamente en un estado de fiebre, sino que ha logrado cambiar la temperatura de este cuerpo a su antojo. A veces transpiro por horas, y el cuerpo se torna pálido, hundiéndose aún más en el abismo que se abre entre las sábanas y la cama. El miedo se ha hecho grande y fuerte y no deja de mirarme. Me señala con el dedo índice la grieta que ha abierto la gripe en mi cuerpo, y sonríe como si realmente disfrutara mi dolor. Esta enfermedad tan solo ha dejado una herida punzante que no deja de sangrar.

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